Arturo, siempre hablándola entre susurros, y manteniéndose de rodillas tras ella, había ahora tomado sus brazos y los estiraba. Hacia arriba, luego los bajaba, después se los colocaba en cruz sujetándolos con sus propias manos.
-Déjalos así ahora, Lorena, como si estuvieras castigada a sostener un libro en cada mano. Como si hubieras sido una niña mala, Lorena- murmuró Arturo, mientras aprovechando la situación de ella deslizaba las yemas de sus dedos por el interior de sus brazos extendidos, muy despacio.mujeres guapas - porno de gordas - videos porno amateurs - videos maduras - gordas - videos de rubias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario